¿Alguna vez has pensado que la historia de Shane Larkin da para un documental? Pues estás de enhorabuena. La estrella del Anadolu Efes es el protagonista de INShANE, la última entrega de la serie de documentales The Insider de la Euroliga. Un repaso de la obra y milagros uno de los jugadores más determinantes del baloncesto europeo en la actualidad, desde sus primeros pasos con un balón de baloncesto en las manos hasta su explosión absoluta en el viejo continente.
Elegido en el puesto #18 del Draft de 2013, Shane Larkin pasó por varios equipos de la NBA (Dallas Mavericks, New York Knicks y Brooklyn Nets) e hizo un viaje a la G-League antes de cruzar el Atlántico y probar en el baloncesto FIBA. Su primera experiencia en Europa fue en el Baskonia, una temporada antes de regresar a su país para vestir el uniforme de los Boston Celtics también por una campaña. Después, en 2018, volvió a este lado del océano para embarcarse en una aventura con el Anadolu Efes, donde por fin se ha reivindicado como el jugador que es. Pero, ¿cómo fue todo el viaje del base de Ohio hasta hoy en día y cómo le ven los que le rodearon dentro y fuera de la cancha? Eso es lo que se cuenta en INShANE.
Hijo de todo un hall of famer del béisbol, Shane Larkin estaba llamado a hacer del deporte su forma de vida. Algo que consiguió gracias al apoyo familiar, tal y como se ve en el documental. Un respaldo que permitió al base del Efes exprimir su talento al máximo. La presión a la que se le ha sometido desde siempre hubiera sido mucho mayor sin ese respaldo. «Creo que [en mi familia] nacemos con la habilidad de poder rendir bajo presión», explica Cymber Larkin, la hermana del jugador que lleva a cabo una carrera en el mundo de la música en Estados Unidos. «Cuando Shane salta a la cancha, sin importar lo que tenga que hacer o la situación a la que se enfrente, está cómodo, calmado, va a salir adelante. Es algo que tenemos todos [en esta familia] desde que crecemos hasta la actualidad. Nos gusta superarnos».
Conociendo los genes beisboleros de Shane Larkin, más de uno seguro que se ha preguntado alguna vez por qué el base nunca siguió los pasos de su padre con el bate y el guante. Más de uno excepto su propio progenitor. «Lo suyo era el baloncesto. Siempre quería tener el balón en sus manos durante los partidos y siempre entrenaba para anotar los tiros ganadores. Está obsesionado con trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Pero yo realmente sé, como padre y, más importante, como atleta, que siempre ha tenido algo especial desde muy pequeño, con cinco, seis o siete años. Ver que con siete años entrenaba cosas que luego hace con 27 es totalmente increíble», relata su padre, Barry Larkin.
Y es que esas palabras de Barry sirven para entender a la perfección el tipo de jugador que vamos en su hijo actualmente. Shane no es más que una versión tremendamente mejorada de lo que empezó a fraguarse cuando sólo era un chaval que, hoy por hoy, no habla más que maravilla del baloncesto europeo. «Como jugador de baloncesto, creo firmemente que siempre debes querer tener la responsabilidad. Ésa es una de las razones por las que amo jugar en Europa. En el equipo en el que estoy, los entrenadores se fijan en mí al final de los partidos, en plan: ‘de acuerdo, dadle el balón a Shane'», confiesa el protagonista del documental y de más de una exhibición histórica en la Euroliga.