El Juventus Utenos lituano ha despedido a Glen Rice Jr sólo seis días después de su incorporación al equipo. «Es impredecible y tiene muchos problemas en la vida. Asumimos riesgos cuando le contratamos y los riesgos no funcionaron. Se acabó el circo. Ahora tenemos que dar con alguien que quiera jugar al baloncesto y no dedicarse a hacer estupideces», declaró el director deportivo del club, Eimantas Skersis.
El hijo del ex NBA del mismo nombre dio problemas desde incluso antes de aterrizar en Lituania, tal y como indica la lista de ‘imprevistos’ que ha salido a la luz recientemente.
- Perdió su vuelo a Lituania.
- Cuando se le facilitó un billete nuevo, perdió su conexión en Amsterdam.
- No siguió el consejo del gobierno lituano para hacer confinamiento voluntario hasta que se le diesen los resultados de su test de Covid-19, saliendo a un bar en su primera noche en el país.
- Criticó al club por el hotel que le facilitaron en su cuenta de Intstagram.
- A los dos días de llegar a Lituania, viajó a Vilnius para visitar varios clubs nocturnos
- Se presentó a entrenar oliendo a alcohol por la mañana y supuestamente borracho por la tarde.
- No se tomó en serio los entrenamientos: comportamiento extraño, bromas, flopping…
- Numerosos incidentes con otros jugadores, miembros del cuerpo técnico y trabajadores del club.
- Enfrentamiento con el pívot Mindaugas Kupsas, al que instó a salir a la calle a pelear tras un mal pase.
Sin embargo, todos estos puntos negros en el historial de Glen Rice Jr no son nuevos. El jugador de 1.98 y 29 años está acostumbrado a la polémica y los incidentes allá donde ha ido. Entre 2009 y 2012, siendo jugador universitario en Georgia Tech, protagonizó varios episodios relacionados con el consumo de alcohol y las armas de fuego. En 2015 recibió un disparo en una pierna en un restaurante de Atlanta y ese mismo año fue acusado de posesión de marihuana, para en 2016 ser detenido por un cargo de agresión.
Dentro de la cancha tampoco tiene demasiada buena fama. Fue elegido por los Philadelphia 76ers en la segunda ronda del Draft de 2013, en el puesto #35. Fue traspasado a los Washington Wizards y sólo disputó 16 partidos NBA en dos temporadas. Su conducta y actitud le llevó a la G-League para ganar experiencia y madurez, pero no fue así. Al dejar la Liga se embarcó en diferentes aventuras internacionales en México, Filipinas, Israel, Puerto Rico, Argentina, República Dominicana, Nueva Zelanda y Arabia Saudí, antes de su último fiasco en Lituania.
No llegó a cuajar en ningún sitio, pese a que en Israel se proclamó campeón de Copa con el Hapoel Holom y fue MVP y máximo anotador de liga. Sin embargo los episodios negativos que protagonizó tuvieron más peso, como por ejemplo el día que se encaró con los árbitros tras ser expulsado en un partido de la liga argentina y el Instituto de Córdoba acabó despidiéndole por ello.
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